Contar con un seguro médico es una de las acciones que más paz deberían darnos y es una decisión que debemos tomar, mientras más joven mejor. Sin embargo, el paso de los años es lo que nos hace tomarlo con seriedad.
Existen diferentes tipos de seguros médicos y diferentes aseguradoras, cada una ofrecerá diferentes servicios y tendrá sus propias cuotas. Pero todas pretenden lo mismo: darte beneficios a cambio de un cobro anual dividido en mensualidades.
¿Qué los hace diferentes?
- El tipo de seguro.
Existen 3 diferentes tipos de seguros médicos: el de cuadro médico, de reembolso y mixto.
Cuadro médico: es cuando contratas un seguro que te ofrece un conjunto de centros hospitalarios o especialistas, de los cuales tú puedes escoger, sin embargo, el que no esté en su “lista” deberá ser pagado de forma independiente.
Reembolso: se refiere a que la aseguradora te reembolsa el porcentaje de los gastos que corresponda, luego que tú eligieras donde atenderte.
Mixto: es cuando la aseguradora ofrece ambos servicios tanto el de reembolso como el de cuadro médico.
- Su cobertura.
El seguro puede cubrir ciertas especialidades en material de salud, por ejemplo, maternidad, enfermedades crónicas, emergencias, cáncer, salud mental o servicios pediátricos. El asegurado elige qué tipo de seguro es el que más le conviene dependiendo sus necesidades.
- Su deducible.
El deducible es el monto o la cantidad mínima de dinero que el tendrás que pagar, el seguro cubrirá el resto, hasta completar su suma asegurada, que es la cantidad máxima que cubrirá el seguro.
Con base en lo anterior, deberás analizar cuál es el seguro que más te conviene. Toma en cuenta que mientras más edad tengas, más elevado será la cantidad a cubrir, pues aumentan los factores para que hagas uso del servicio.
Revisa tu contrato y evalúa si tu seguro médico está cubriendo tus necesidades y si equivale a la cuota mensual.